HISTORIA CALENDARIO ZARAGOZANO
El calendario Zaragozano se edita por primera vez en 1840 por el astrologo español Don Mariano Castillo y Ocsiero y se ha seguido editando 175 años de forma ininterrumpida, a excepción de los años de la guerra civil. Hoy, aunque se puede adquirir por Internet, conserva exactamente el mismo diseño tanto de portada como de contenidos.
En todas sus ediciones aparece siempre el retrato del astrólogo, y muestra a un hombre repeinado de expresión solemne.
El nombre Zaragozano no es porque su autor, Mariano Castillo y Ocsiero fuera de Zaragoza, sino en homenaje al astrónomo español Victoriano Zaragozano y Gracia Zapater, nacido en la Puebla de Albortón en el siglo XVI, el cuál fue muy popular en su época, y elaboró almanaques en competencia con un científico español que destacó por sus estudios en astrología, matemáticas e historia natural llamado Jerónimo Cortés.
Poco después de que se comenzara a editar, la difusión alcanzó todo los rincones de España en los dos formatos que existían entonces. Uno era igual que el que conocemos hoy, una cuartilla doblada por la mitad, y el otro era una publicación de bolsillo del tamaño de una octavilla plegada.
En la actualidad estamos acostumbrados a ver en todas las cadenas de televisión programas del tiempo donde aparecen informaciones meteorológicas de todo el mundo, de tú país, de tú ciudad y de tú comunidad, fotografías de satélites y gráficos pormenorizados con las predicciones para varios días con bastante exactitud. Pero la necesidad de saber qué tiempo hará viene de lejos. Por ello siempre se intentó saber lo que pasaría con antelación, bien por la observación directa de los indicios que en el propio lugar se podían observar (nubes, vientos, temperaturas), la experiencia de las personas mayores o las predicciones de calendarios como éste. Los que se dedicaban a la agricultura ponían especial cuidado a esos días y los anotaban para saber cómo sería el siguiente año para elegir las fechas de siembras o cosechas. Aún hoy hay mucha gente que retoma estas observaciones, más como curiosidad que como ciencia.
Como decimos, el calendario zaragozano es y ha sido muy utilizado desde sus inicios como libro de cabecera por los agricultores ya que da cuenta de toda clase de calamidades naturales: pedriscos, tormentas, pertinaces sequías y fases de la luna.
Y a lo largo de estos años su influencia ha sido notable, tal y como pudimos observar en el 2005, cuando Mingote publicó en el periódico ABC una viñeta sarcástica haciendo alusión a esa influencia del Calendario Zaragozano:
“NO AL CALENDARIO ZARAGOZANO: ES EL CULPABLE DE LOS ATASCOS EN LAS CARRTERAS. ANUNCIA BUEN TIEMPO PARA ESTE PUENTE ¡Y LOS AUTOMOVILISTAS SE LANZAN!”
En cuanto a su coste, el primer precio del calendario zaragozano en 1840 debió ser en reales, ya que hasta veintiocho años después, en 1868, no se implantó en España la peseta como moneda de curso legal. Lo que en principio tuvo unos precios en céntimos (en 1920 se vendía a 15 céntimos) con los años llegó casi a los veinte duros, pasando finalmente al 1,80€ actual.
En 1900 se vendía mediante voceros en las plazas principales de ciudades y pueblos, con una clientela eminentemente campesina y una tirada de 1.270.000 ejemplares. Quince años más tarde su tirada alcanzó el millón y medio de ejemplares, un “Best seller” en su época de esplendor. Hoy su tirada alcanza la cifra de 300.000 ejemplares.
Cuando un producto tiene éxito rápidamente le salen imitadores y el calendario zaragozano lleva más de 175 años por lo que también los tiene. En 1903, por ejemplo, el periodista y escritor Juan Pérez Zúñiga escribió un libro sarcástico llamado “El Camelario Zaragatono” con ilustraciones de Xaudaró.
Es curioso ver detenidamente algunas de las páginas del calendario zaragozano a lo largo de su historia porque nos muestran muchos elementos de su época:
En la portada de 1883 hay una advertencia para no dejarse engañar por otros con sus imitaciones.
Y en su contraportada se informaba de otra publicación: la nueva edición de “La Guía de Madrid”, y se daban características y precios de la venta de los calendarios y cómo podía hacerse…
En el calendario del año 1934 aparecía un certificado de penales.
En la portada e interior del calendario de 1936, se escondían tesoros publicitarios que retrataban los problemas de la sociedad de entonces.
Como puede observarse, en la portada para el año 1941 se incluía en la parte superior un encendido: ¡Viva Franco! y ¡Arriba España!.
En plena posguerra no era aconsejable distanciarse mucho del régimen victorioso y mediante esas proclamas, políticamente correctas, se favorecía intencionadamente el aumento de ventas…
A lo largo del paso de los años, los anuncios publicitarios se han ido reduciendo en las portadas hasta omitirse.
Se ha querido dar más importancia a publicitar el propio Calendario Zaragozano y su contenido, incluyendo su precio de venta al público:
En la actualidad la portada, como puede observarse, es la misma que años atrás y de momento así seguirá siendo, como símbolo de su encanto.
